Nueva vida.

      Ploc, ploc, ploc... escucho atentamente el goteo
incesante, ploc, ploc... lo sigo con mi mente repitiendolo
imnotizado como si no existiera otra cosa en este momento, solo
la gota roja deslizandose por el cuchillo, precipitandose
lentamente hacia el suelo y explotando al chocar contra el suelo
impegnado de sangre. Ploc... cierro los ojos para captar aun más
el sonido y convertirlo en una sinfonia especial, un Jazz
alborotado que se introduce por la piel excitando cada hebra de
pelo, llegando hasta los huesos mientras recorre freneticamente
todo mi cuerpo. Una sensación única, solo comparable al momento en
el que la carne se separara poco a poco para dejar introducir la
hoja afilada de mi cuchillo, sesgando tendones, cortando venas,
tocando órganos vitales, una y otra vez, creando una danza
irrepetible al son de la música de ese Jazz que se repite en mi
cerebro, acompañado de voz melódica y alentadora formada por los
gritos de dolor de mi victima.
      Salgo de mi hipnosis al cesar el goteo y la miro de nuevo,
no es tan bella como la anterior, ni siquiera se acerca al cielo
tanto como Ella, pero consigo calmar el peso que siento en mi
interior, una necesidad más fuerte que respirar o que el latir de
mi corazón, es una droga que deja tranquilo, haciendo desaparecer
la extraña sensación de vacio que he sentido siempre y me
convierte durante un tiempo en un hombre completo de nuevo.
Nunca antes pensé que fuera posible, pero en verdad a
través de la muerte he encontrado la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario